El sector agroalimentario, un reto continuo*

Una de las mejores señas de identidad de nuestra tierra son los alimentos que ofrecen nuestros agricultores y ganaderos. Castilla-La Mancha es un territorio muy rural, con un peso extraordinario del sector agroalimentario en la riqueza regional. Hoy, representa ya más del 18% del Producto Interior Bruto de la Comunidad Autónoma, el porcentaje más alto de toda España. En estos últimos ocho años en los que he tenido el honor de dirigir la consejería de agricultura, el peso del sector ha pasado de ser el 12% en 2015 al citado 18% en la actualidad. Y ello, a pesar de las extraordinarias dificultades sufridas por el conjunto de la sociedad, que también han complicado mucho la actividad de nuestro sector: la pandemia, sequias, daños por el temporal Filomena o los efectos terribles de la guerra en Ucrania en la subida de los combustibles o los medios de producción. Es difícil encontrar un sector más resiliente.

En nuestra región mas de 160.000 castellanomanchegos son socios de alguna cooperativa agroalimentaria, hay cerca de 100.000 perceptores de la PAC y unos 130.000 propietarios de terrenos agrícolas o ganaderos. En una Comunidad Autónoma de poco más de 2 millones de habitantes.

Esta enorme actividad agraria ha hecho posible, con la ayuda de la transformación de las materias primas procedentes del campo en las industrias particulares o cooperativas instaladas en nuestros pueblos, el mantenimiento de la población en el medio rural. Allí donde existe un potente sector agroalimentario, con cultivos sociales como el viñedo o el olivar, o las producciones hortícolas mas representativas como el ajo, la cebolla, el melón o la sandía, se encuentra un medio rural más vivo y, por supuesto, con más futuro. El ejemplo de la comarca de La Mancha es muy significativo. Cerca de uno de cada tres castellanomanchegos vive en nuestra comarca, donde se encuentran las denominadas agrociudades, con poblaciones entre los 10.000 y 40.000 habitantes, que ejercen de motor de desarrollo, generando actividad y empleo en toda la comarca. En ningún lugar de nuestro país es posible encontrar un ejemplo mas claro de desarrollo endógeno, no dependiente de ninguna capital de provincia, como en La Mancha.

La Solana forma parte de este contexto. Es un pueblo muy agrario, con más de 500 agricultores a titulo principal -que ingresan al menos el 50% de su renta de la actividad agraria- y cerca de 1.700 perceptores de la PAC. Cuenta con una industria vitivinícola, del aceite, quesera o cárnica de vanguardia y que lleva los productos de nuestro pueblo a muchos rincones del mundo. Los quesos manchegos de Denominación de Origen (DO), el cordero de la Indicación geográfica Protegida Cordero Manchego, los vinos de la DO Vino de la Mancha o los excelentes productos ecológicos, nos hacen líderes en producciones de calidad.

Se ha avanzado mucho en los últimos años en la profesionalización del sector, mejorando las estructuras de las explotaciones agrarias y de las empresas de transformación, se ha producido un importante relevo generacional -más de 100 jóvenes incorporados desde 2016 sólo en La Solana-y ha aumentado exponencialmente la participación de las mujeres en los ámbitos de decisión en las empresas del sector.

Pero quedan retos por delante. Cito dos que me parecen capitales para que nuestro medio rural siga teniendo futuro. En primer lugar, el acceso al agua para la agricultura y la ganadería, para la industria agroalimentaria y para la población rural en su conjunto. La garantía del agua en calidad y cantidad suficiente es imprescindible para nuestra comarca. Por eso es tan importante la reciente apertura del sistema de abastecimiento a la llanura manchega, que permite acceder a agua del Tajo, superficial, de gran calidad y con total garantía de suministro, para consumo de boca, incluido su uso para la industria agroalimentaria, en 15 pueblos de la comarca. Es prioritario seguir trabajando en políticas de agua para el desarrollo rural. Y en la mejora del regadío, garantizando el agua para la agricultura profesional, cada vez más dependiente de este recurso.

Y el segundo reto, proteger y apoyar a la agricultura y ganadería familiares de nuestra tierra. Nuestro modelo de explotación es familiar, de medianas y pequeñas explotaciones. Este es el modelo sostenible que a lo largo de la historia ha permitido el crecimiento de nuestros pueblos y agrociudades. Hay que diferenciar, discriminándolo positivamente, al modelo familiar, frente al de los fondos de inversión, que amenaza a nuestro sector. Por ello, en Castilla-La Mancha, es prioritario desarrollar la recién aprobada Ley de agricultura familiar.

Estoy seguro de que el sector agroalimentario seguirá siendo nuestra bandera y que nada nos seguirá haciendo sentir más orgullosos que los productos que llevan nuestro campo, que es, sin duda, en La mancha, como llevar nuestra alma, a todos los rincones del mundo.

* El presente artículo ha sido publicado en el segundo número de la revista  “Soleada” y en el número 303 de la “Gaceta de La Solana”, ambas publicaciones de La Solana (Ciudad Real) (https://www.lasolana.com.es/gaceta/gaceta303.pdf).

Comments
3 Responses to “El sector agroalimentario, un reto continuo*”
  1. pedernal dice:

    Buenas noches, D. Francisco:

    Lamento llevarle la contraria pero disiento cuando dice eso de «esta enorme actividad agraria ha hecho posible, con la ayuda de la transformación de las materias primas procedentes del campo en las industrias particulares o cooperativas instaladas en nuestros pueblos, el mantenimiento de la población en el medio rural»

    Un ejemplo clarísimo es el campo de Montiel y adjunto un enlace a unas tablas de Los 23 del Campo de Montiel, con datos de población con información del INE. Todos los pueblos, incluyendo La Solana, tienen menos población que hace 20 años

    https://www.facebook.com/photo/?fbid=840467638088959&set=a.605584248243967

    Y fundamentalmente se debe a que no hay agua y sin ella, no solo no hay agricultura sostenible, sino tampoco puede desarrollarse industria ni de transformación, ni particular.

    Solo hay que ver como está el embalse de la Cabezuela:

    https://fb.watch/puHDsJuVJ7/

    Necesitamos agua

    Un cordial saludo

    • Buenos días. Soy consciente de la necesidad del agua para el futuro de la agricultura. Sabes cómo veo esta cuestión desde hace mucho y confío en que se pueda avanzar y ofrecer agua a los jóvenes y a los profesionales. De manera sostenible. En el Campo de Montiel es un problema mayor que en otros lugares.
      La Solana es el enlace entre la comarca de La Mancha y el Campo de Montiel. Es verdad que la población ha disminuido ligeramente respecto a hace 15 años, igual que en casi todos los lugares. Pero la tendencia parece que ha cambiado. Hay más agricultores profesionales que en ningún otro pueblo de la región y se han incorporado más de 100 jóvenes en estos años, ampliando sus explotaciones e inviertiendo. Son algunas señales positivas. Siendo consciente de las dificultades, más en el Campo de Montiel, también hay que destacar lo positivo.
      Muchas gracias como siempre por seguir el blog y por tu interés en tu comarca y en los temas agrarios. Un saludo

      • pedernal dice:

        Buenos días de nuevo, D. Francisco

        De lo que está en nuestra mano poder mejorar (ya que no podemos hacer que llueva más), lo mas importante, son las infraestructuras.

        Unas reservas de agua que garanticen el suministro, como hemos comentado en numerosas ocasiones, son fundamentales y lo mismo sucede, y es lo que quisiera resaltar en este caso, con las vías de comunicación.

        Cualquiera de las agrociudades de las que habla en su artículo tiene una autovía que pasa por allí o está muy cercana…

        Si miramos con detenimiento un mapa, podemos comprobar que la comarca de Campo de Montiel, históricamente nudo de comunicaciones y paso obligado desde época romana de la meseta hasta Andalucía, no tiene ni un solo km de autovía (del ferrocarril hablamos otro día), ni lo va a tener a medio-largo plazo.

        En nuestra comarca tenemos 3 autovías que nos circundan:

        -Al norte, la A-43 de Puertollano/Ciudad Real hasta enlazar con la AP-36 y la A3 para unirnos con Levante
        -De norte a sur, la A-4 para enlazar con Madrid o con Andalucía
        -De sureste a noroeste la autovía A-32 (todavía incompleta) que va a unir Jaén con Albacete.

        Es decir, que estamos rodeados por vías rápidas, pero es fundamental tener acceso a ellas de la forma mejor posible. Los enlaces por las carreteras del sur de la provincia de C. Real hasta enlazar con las de Jaén en la Comarca del Condado, están en un estado deplorable.

        Ya sé que esto no es agricultura, pero sí es Desarrollo Rural. Tendré que escribir también a su buen amigo D. Juan José Fernandez Zarco.

        Si nos quedamos aislados, estamos muertos.

        Un cordial saludo

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