Dieta mediterránea: patrimonio común

En junio de 2016, en la reunión del Patronato de la Fundación Dieta Mediterránea tuve el honor de ser elegido presidente. Han pasado algo más de siete años, y este 18 de septiembre cedí el testigo al Conseller de d’Acció Climàtica de la Generalitat de Cataluña. Aprovecho esta entrada del blog para reflexionar sobre la importancia de la dieta mediterránea y como puede ayudarnos en un país como el nuestro, incluso creando sentimientos de pertenencia y compromiso con los proyectos colectivos.

Pero vayamos por partes. ¿Qué es la Fundación de la dieta mediterránea? Es una organización de carácter público-privado, encargada de velar por los valores de la dieta mediterránea, declarada patrimonio inmaterial de la humanidad en 2011. Este reconocimiento de la Unesco se acompaña de los de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que reconocen, respectivamente, sus efectos beneficiosos para la salud, y su compromiso con la producción agraria sostenible, que fomenta el consumo de proximidad y los canales cortos de comercialización. Se trata, sin duda, de una dieta única, que tenemos la enorme suerte de disfrutar en los países de la cuenca mediterránea.

En el corazón de la pirámide de la dieta mediterránea se encuentra el aceite de oliva virgen extra, alimento esencial, base de nuestra alimentación en esta parte del mundo desde hace milenios, y que, gracias a sus propiedades saludables, permite diferenciar esta dieta tan especial. Las frutas y hortalizas, los cereales y las legumbres, los frutos secos, el pescado o el vino, consumido con moderación, completan, de alguna forma, los alimentos básicos de esta dieta.

Pero es una dieta muy especial. No se trata solo de un listado de alimentos. Es también la forma de cocinarlos, las celebraciones en torno a la comida, la forma de vivir y relacionarnos, las diferentes elaboraciones en nuestras tradiciones y festividades, y la relación con nuestros agricultores y ganaderos, con un territorio rural, germen de la sociedad actual en la cuenca mediterránea. Nuestra cultura, en definitiva.

Es por eso que, en estos años, desde la Fundación, hemos desarrollado lo que se conoce como el Inventario de la Dieta Mediterránea en España, un recorrido no exhaustivo, pero si representativo, de lo que supone la dieta mediterránea en nuestra cultura y en nuestra manera de socializar (https://dietamediterranea.com/inventario-dieta-mediterranea/).

En 2021 se presentó en el Museo del Prado, en la celebración del décimo aniversario de la declaración de la dieta como patrimonio inmaterial de la humanidad, con la presencia del entonces Ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes   (https://www.castillalamancha.es/actualidad/notasdeprensa/unidad-en-la-defensa-de-la-dieta-mediterr%C3%A1nea-en-el-d%C3%A9cimo-aniversario-de-su-declaraci%C3%B3n-como).

Para preservar los valores de la dieta e impulsarla, probablemente, lo más importante es no olvidar la línea de continuidad entre nuestros agricultores y ganaderos, garantes de este patrimonio, y los consumidores. Se trata de una cadena alimentaria en la que se promueven los canales cortos de comercialización, lo que redunda en un beneficio económico para los agricultores y ganaderos que forman parte de la misma. También se promueve el consumo de proximidad, lo que la hace mas sostenible. Y cuando está ligada a la restauración fomenta un turismo gastronómico, vinculado en muchas ocasiones al medio rural y a restaurantes respetuosos con los valores mencionados.

Almendros en Hellín (Albacete)

En colaboración con nuestro sector hostelero, durante estos años hemos impulsado el papel de los restauradores, cocineros, sumilleres, jefes de sala y camareros, como embajadores de la dieta. Cada año se realizan cursos de formación específica sobre la dieta mediterránea, en las escuelas de hostelería más importantes de nuestro país. Y también, en los últimos años hemos certificado mas de 650 restaurantes comprometidos con la dieta. El listado y las características de cada establecimiento pueden consultarse en la guía presentada en abril de este año y en  https://restaurantesdietamediterranea.com/.

También son imprescindibles los prescriptores del mundo de la gastronomía, la cultura o el deporte, gracias a los cuales la importancia de la dieta mediterránea llega a un espectro mas amplio de nuestra sociedad. Así, decidimos crear los Premios Columela, en honor al antiguo sabio agrónomo romano, que tienen carácter bienal y han reconocido ya a personalidades comprometidas con los valores de la dieta mediterránea en tres ediciones, coincidiendo con el Día Mundial de la Alimentación, el 15 de octubre.

En estos años, también, la Fundación dieta mediterránea ha completado la pirámide de alimentos para adultos, que incluye el consumo moderado de vino, producto esencial de la dieta y cultura mediterráneas, y los frutos secos, incoirporando la imagen del pistacho como referente en la simbología de la pirámide. Y, por primera vez, se ha elaborado una pirámide específica para niños, teniendo en cuenta sus distintas necesidades nutricionales.

Sin duda faltan cosas por hacer. La mejora de la alimentación en nuestro país, los hábitos saludables y la reducción de la obesidad, pueden estar vinculadas a recuperar la dieta mediterránea en nuestro día a día.

En este caso, con esta dieta, coinciden los intereses de los agricultores y ganaderos, de las cooperativas y la industria agroalimentaria, y de los consumidores. Además de todos los beneficios para la salud, el territorio, incluso el medio ambiente, la dieta mediterránea, estas dos palabras, “dieta mediterránea”, tiene un indudable e incalculable, efecto positivo desde el punto de vista económico. Es una forma de darnos a conocer y “vender” nuestra cultura en todo el mundo.

La pervivencia de nuestra agricultura y ganadería familiares, de muchas explotaciones pequeñas y medianas, gestionadas por emprendedores rurales, que viven en nuestros pueblos y hacen verdadero desarrollo rural en nuestro país, depende de que sepamos valorar y transmitir lo que la dieta mediterránea representa y ofrece. Es una verdadera marca de país, que une y vertebra el territorio, sobre la que no hay discusión, respecto a la cual todos, vivamos en la comunidad autónoma que vivamos, nos sentimos concernidos.

Sin duda, la dieta mediterránea es uno de esos proyectos colectivos que merecen la pena y que hacen país. Nos queda mucho futuro por delante.

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