Cuatro años de resiliencia

Acaba la legislatura y me vienen a la memoria momentos muy difíciles y también grandes alegrías. El camino recorrido ha sido, a pesar de las dificultades, muy fructífero. Tras cuatro años de una extraordinaria demostración de fuerza de nuestro sector agroalimentario, hoy, la economía de Castilla-La Mancha es más fuerte que en 2019, siendo la única Comunidad Autónoma que ha superado el PIB anterior a la pandemia. En este contexto de crecimiento económico, la contribución del sector agroalimentario a la riqueza regional ha pasado del 15 al 18% en apenas cuatro años. Todo un récord y una demostración de la capacidad de resiliencia de la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria de una región que presume con mucho orgullo de nuestro campo y nuestros pueblos.

Hemos vivido, todos, el conjunto de la sociedad, con mucha intensidad estos cuatro últimos años. La pandemia causada por el coronavirus, que nos llevó a situaciones inimaginables, dolor y mucho sufrimiento, trajo consigo, además de un reconocimiento inmenso a los profesionales de nuestra ejemplar sanidad pública, un agradecimiento a todos los que siguieron trabajando cada día para que nuestra sociedad pudiera seguir adelante, entre ellos nuestros agricultores y ganaderos. Trabajamos con ellos desde el primer momento, allá por marzo de 2020, para garantizar su actividad y la producción de alimentos, facilitando las contrataciones, los transportes de materias primas y animales, rebajando los requisitos y exigencias de la PAC, anticipando los pagos y poniendo a disposición de los sectores más afectados, ayudas extraordinarias, como hicimos ya en los dos meses de la cuarentena con los ganaderos de ovino y caprino de carne.

Y después, Filomena, la guerra de Ucrania o la actual sequía, pusieron a prueba la fortaleza de nuestra región y la capacidad de respuesta de los gobiernos. Creo que en Castilla-La Mancha siempre nos hemos adelantado, haciendo más fáciles todos los trámites a los que tiene que hacer frente el sector y canalizando nuevas ayudas extraordinarias, en total, todas ya pagadas, unos 160 millones de euros para los ganaderos y los agricultores con mayores dificultades, entre ellas una ayuda específica de 18 millones de euros para recuperar el olivar de la región tras el paso del temporal Filomena o la reciente ayuda para hacer frente a los efectos de la guerra en el encarecimiento de las materias primas, los piensos y, en general, todos los medios de producción, destinada a los ganaderos, unos 20 millones de euros, ya en las cuentas. A estas ayudas se unirán próximamente otros 56 millones de euros para la agricultura de secano y la recuperación de los leñosos a consecuencia de los efectos de la sequía actual.

Hemos trabajado codo con codo con el Gobierno de España para abrir carreteras y caminos en nuestros pueblos en plena tormenta de nieve para que pudieran alimentarse los animales en las explotaciones ganaderas o que entrarán las materias primas y salieran los productos transformados de la industria agroalimentaria de nuestra región, hemos abierto paso, entre todos, para los cereales o la soja necesarios para la fabricación de piensos en la huelga del transporte, hemos estado siempre al lado de cada ganadero, cada agricultor y cada cooperativa o industria agroalimentaria particular de nuestra tierra. Me siento muy orgulloso de ello.

Y mientras tanto, la puesta en marcha de una nueva PAC que aumenta la ayuda media por hectárea en Castilla-La Mancha y defiende a los pequeños y medianos productores, un nuevo programa de desarrollo rural ambicioso, con nuevas ayudas como la del viñedo de secano, 26 millones de euros, y un mayor compromiso, si cabe, con la producción ecológica, que contará con 160 millones de euros para los próximos 5 años. Y una nueva ley de la viña y el vino en una región que es, por encima de ninguna otra cosa, vino. Una ley que ofrece nuevas posibilidades y oportunidades a un sector, el vitivinícola, que en Castilla-La Mancha podrá tener ya una Interprofesional regional.

Y creando “Campo y Alma”, la marca de garantía regional que pueden usar ya nuestras 36 figuras de calidad, entre ellas, la recién conseguida de “Cebolla de la Mancha” o también, aumentando la promoción y presencia de nuestros alimentos en ferias nacionales e internacionales. Y en camino, nuevas marcas de calidad, entre ellas la “Nuez de Nerpio” el “Vino del Campo de Calatrava”, o el “Espárrago Verde de Guadalajara”, después de un trabajo técnico excelente y una gran colaboración público-privada, llaman ya a nuestras puertas.

Merece la pena destacar también todo el trabajo realizado para fortalecer el tejido cooperativo, con 15 agrupaciones de productores y 8 EAPIR, nuevos grupos comercializadores que defienden mejor en los mercados globales el producto de nuestros agricultores y ganaderos.

Pero quizá lo que más define esta legislatura son dos leyes. La primera que aprobaron las Cortes Regionales en 2019, el Estatuto de las Mujeres Rurales, y la última, la Ley de Agricultura Familiar, aprobada hace apenas unas semanas. Dos leyes muy simbólicas y muy útiles para los hombres y mujeres de Castilla-La Mancha.

El Estatuto de las Mujeres Rurales es la única ley de estas características en España. Pensada e impulsada con la Federación de Mujeres Rurales de Castilla-La Mancha, FADEMUR, ha cambiado por completo, de manera disruptiva, la realidad de nuestro campo y la toma de decisiones en el medio rural. Gracias a la Ley, todas las organizaciones de representación agraria o rural cuentan con al menos un 40% de mujeres en sus órganos de dirección. También hay más mujeres en las juntas rectoras de las cooperativas, más presidentas, mas agricultoras “en los papeles”, más mujeres jóvenes incorporadas (un 33% de las incorporaciones son mujeres después de la aprobación de la ley cuando eran un 18% antes), o más titularidades compartidas. Y ya hemos comprometido una modificación de la Ley para que haya más presencia de mujeres en los órganos de dirección de las empresas, acorde con su presencia en la masa social o accionarial de la entidad.

Y la Ley de Agricultura familiar es, probablemente, la joya de la corona. Blinda nuestro modelo de agricultura en Castilla-La Mancha, el de los agricultores y ganaderos que viven en nuestro medio rural, las pequeñas y medianas empresas que crean riqueza y empleo en nuestros pueblos y no se deslocalizan, frente a un modelo muy diferente, basado en fondos de inversión y grandes empresas sin base social y ningún compromiso regional, que hoy pueden estar aquí y mañana en otro lugar en función de intereses ajenos a nuestra tierra. La Ley establece prioridad y más ayudas en todas las líneas que ponga en marcha la Consejeria de Agricultura, para las explotaciones familiares. Es sin duda la ley más relevante para nuestros agricultores y ganaderos, la que garantiza el modelo sectorial que hace crecer cada día a Castilla-La Mancha.

No he pretendido ser exhaustivo y he pasado por alto, ahora al acabar de escribir estas líneas me doy cuenta, la inversión más alta de nuestra historia en regadíos, 260 millones de euros, o el mejor dato de desempleo agrario desde que hay registros. Muchas actuaciones, leyes, gestiones o datos que demuestran el progreso del sector en estos cuatro años. Quiero agradecer, para finalizar, a todos los agricultores y ganaderos, a las cooperativas y a toda nuestra potente industria agroalimentaria su perseverancia y compromiso para que todo haya sido posible.

Creo sinceramente que merece la pena seguir avanzando.

Comments
3 Responses to “Cuatro años de resiliencia”
  1. pedernal dice:

    Buenos días de nuevo, Consejero

    Leo con admiración y con bastante (envidia, por cierto) que el pantano del Puerto de Vallehermoso está al 100% de su capacidad y empieza a desembalsar agua.

    https://www.lasolana.es/laciudad/noticias/16776-el-pantano-de-vallehermoso-a-contracorriente-en-tiempos-de-sequia

    Esta reserva de H2O abastece fundamentalmente a su pueblo, La Solana y en los años que lo llevo viendo, siempre está lleno o casi.

    Eso mismo es lo que nosotros llevamos años reclamando en el Campo de Montiel: que la prometida presa del Castillo de Montizón sea una presa dimensionada a la cuenca de la que va a recoger el agua, con los datos de escorrentía del terreno, con la pluviometría estadística de la zona… para que pueda tener agua siempre para abastecer a los municipios de la zona, primero para beber y vivir en los pueblos y para permitir riegos de subsistencia a los cultivos leñosos después.

    Entiendo que estamos en tiempos de política acuciante, con las elecciones Municipales y Autonómicas hace unas semanas y las Generales dentro de otras pocas, pero no se olvide de sus promesas, Consejero.

    Saludos cordiales

  2. pedernal dice:

    Buenos días, Consejero

    Se acaba, como bien dice la legislatura, y los habitantes del Campo de Montiel no hemos visto ningún avance significativo en una infraestructura hidráulica que llevamos esperando más de un siglo, y es especialmente sangrante en una año de sequía extrema como el que tenemos.

    Si uno mira un mapa del este de la provincia de Ciudad Real y el oeste de la de Albacete, en la que se incluye su pueblo, La Solana, se puede apreciar la falta de embalses que almacenen el agua tan necesaria para el desarrollo. El de la Cabezuela está al 7% de su capacidad. El de Vallermoso está casi lleno, pero con solo 7 Hm3 de capacidad total es muy pequeño, y no queda ya ni un charco hasta las lagunas de Ruidera.

    Le doy otro apunte, Consejero: según los datos de la capacidad de embalse por provincias, la de Ciudad Real está en clara desventaja frente a sus limítofes:

    Ciudad Real — 516 Hm3, independientemente de que ahora estemos al 28%
    Albacete — 727 Hm3 (un 50% más)
    Córdoba — 3.318 Hm3 (seis veces y media más)
    Jaén — 2.363 Hm3 (cuatro veces y media más)
    Cáceres — 6.758 Hm3 (trece veces y media más)
    Badajoz — 7.698 Hm3 (15 veces más)

    Solo hay una provincia de C.-La Mancha que tenga menos capacidad de embalsar agua, que es Toledo — 451 Hm3, que sin embargo está al 56% porque parte de sus aguas provienen del deshielo en Gredos.

    Respecto al resto de provincias castellano-manchegas estamos a la cola
    Cuenca — 1.1134 Hm3
    Guadalajara — 2.975 Hm3

    Recordamos que por tamaño, somos la tercera provincia de España, solo por detrás de Badajoz y Cáceres, que son un poquito mayores.

    En resumen, Consejero, que la infraestructuras hidráulicas para almacenamiento de agua en la provincia de Ciudad Real son escasas y el prometido Embalse del Castillo de Montizón para abastecimiento humano y regadío, ni ha empezado ni se atisban rumores de que lo haga…

    Un cordial saludo

  3. Angel Daniel Cano Ballesteros dice:

    MUCHAS GRACIAS POR TODO SR .CONSEJERO

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