ruralsiglo21

Este 31 de mayo es un día muy especial. Siempre es la fiesta de los castellanomanchegos, pero este año es diferente. Celebramos el 40 aniversario de nuestro Estatuto de Autonomía, que empezó su andadura en Alarcón, un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca, rodeado de la magia y el simbolismo de su castillo, allá por 1982.

Parece mentira el tiempo transcurrido. Conviene mirar más atrás para entender lo que celebramos este 2022. Nada hubiera sido posible sin la Constitución de 1978. La ilusión de muchos españoles, deseosos, tras casi 40 años de dictadura, de una democracia para nuestro país se concretó en la creación de un estado social y democrático de derecho, consagrado en nuestra Constitución, la que garantiza nuestras libertades y la igualdad entre todos los españoles.

Y uno de los mayores avances de la Carta Magna es la creación del Estado de las Autonomías, gracias al cual nuestra región se ha transformado radicalmente en estos 40 años. En estos años hemos ido construyendo una verdadera arquitectura institucional y vertebrando las cinco provincias y todos sus pueblos y ciudades, y generando sentimiento de pertenencia al proyecto colectivo, tan ilusionante, que representa Castilla-La Mancha. Y también nos hemos convertido en un actor político respetado y valorado en nuestro país, que tiene posición y defiende los intereses de los ciudadanos de nuestra tierra en todos los ámbitos, como, por ejemplo, vemos cada día en la política del agua.

Hemos crecido. Hemos aprendido a ser región, partiendo de una realidad histórica incontestable, Castilla y la comarca natural mas grande de España, La Mancha, pero de una inexistente realidad política. Y hoy, estos 8 millones de hectáreas de nuestro país son muy distintos de lo que eran en 1982.

La puesta en marcha de nuestra autonomía, la modernización de España y la entrada en la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) con los fondos de la Política Agraria Común (PAC), los fondos regionales y de cohesión, nos han permitido progresar como nunca antes en nuestra historia.

Castilla-La Mancha es hoy una región que mira al futuro a través de la innovación, las energías renovables o la capacidad de resiliencia y reinvención de un sector agroalimentario cada vez mas fuerte, y clave en la economía regional. Somos una tierra que cuida a sus agricultores y ganaderos, que piensa en el futuro de los niños de nuestro infinito medio rural, que apuesta por la escuela pública y la sanidad para todos, cerca de todos, que construye infraestructuras de comunicación, físicas y virtuales, que cree en el esfuerzo colectivo para ser mejores.

Este año, como todos, reconocemos en el día de la región a personas y entidades que quieren y luchan por Castilla-La Mancha. Entre ellos, quiero mencionar expresamente a dos denominaciones de origen bandera de nuestra tierra, la DO Miel de la Alcarria, la figura de calidad de miel mas antigua y reconocida de España, y la DO Queso Manchego, que también cumple 40 años este 2022, llevando el nombre de Castilla-La Mancha a todos los rincones del mundo. También, al Grupo Tello y a Lácteas García Baquero, industrias agroalimentarias que generan empleo en el medio rural y aseguran el mantenimiento de la actividad ganadera.

Y, finalmente, a dos mujeres excepcionales, Quica Muñoz, agricultora de plantas aromáticas, de Ossa de Montiel, en el entorno de las Lagunas de Ruidera, espacio natural único que ella cuida y custodia como nadie, y Maria José Romero, primera presidenta de la cooperativa Cristo de la Vega, de Socuellamos, en Ciudad Real.

Todos ellos, todas ellas hacen posible nuestro medio rural. Y Castilla-La Mancha es una región inmensa, de pueblos unidos por un sentimiento de pertenencia y un compromiso compartido.

Feliz día de Castilla-La Mancha a todos y todas los castellanomanchegos.