Cataluña y España. Un folio en blanco nos está esperando*

Sí. Un folio en blanco espera desde hace tiempo a ser escrito entre todos. No es un folio cualquiera. Es parte de un libro con mucha escritura previa tejida durante siglos, con luces y sombras, con aciertos y desaciertos, de todos los que a lo largo de este tiempo han tenido la responsabilidad de tomar decisiones sobre lo que hoy denominamos política territorial y, en particular, sobre el encaje de Cataluña en España.
Nuestro país es un país complejo, muy diverso -heterogéneo me atrevería a decir-, en el que el conjunto de la población no tiene un sentimiento único de nación. Es cierto que hay pocas naciones que tengan un Estado tan antiguo como el español, pero también es cierto que hay pocas que nacen tan claramente de territorios con tanta historia propia.
Evidentemente, el mundo del siglo XXI -y también España-, es muy distinto de cualquier otro a lo largo de la Historia. El salto de la consolidación de las democracias, la apertura de barreras comerciales, el proyecto de integración europeo con moneda única, la creación del Banco Central Europeo, la reglas de una justicia común, son ejemplos de cuestiones impensables hace pocos años. En este contexto, la forma de afrontar los problemas y de buscar soluciones debe ser distinta.
La cuestión del encaje de Cataluña en España no es un tema que se haya sacado de la chistera el nacionalismo catalán de nuevo cuño que pide la independencia. Ha existido durante todo el siglo XX. No vale la pena negarlo. Es una realidad. Creo que éste debe ser el punto de partida de cualquier análisis sobre el problema actual.
Cataluña fue reconocida en 1978 como una nacionalidad histórica en nuestro país -consagrada por la Constitución Española de ese año-, dispone además de una lengua propia -que la Constitución salvaguarda y anima a promover-, y de altas cotas de autonomía en la gestión y en la toma de decisiones sobre materias no consideradas por la Constiticion como de competencia exclusiva del Estado. En el pacto de 1978 participó activamente el nacionalismo catalán de Jordi Pujol y Miquel Roca, antecesores de Puigdemont, hoy en el refundado PDCAT. Durante estos 40 años de democracia, raras han sido las ocasiones en que los partidos mayoritarios –PSOE y PP– no se han acercado a la antigua CiU de Pujol, para aprobar presupuestos o leyes en el Congreso de los Diputados. La convivencia con el nacionalismo conservador ha sido habitual. Y tampoco debe negarse.
Sorprende hoy la tolerada «cláusula Camps»
El sentimiento nacionalista ha sido siempre importante en Cataluña. En los últimos años, a este sentimiento se ha unido una gran desafección hacia el Estado, consecuencia de muchos elementos, pero, en todo caso, entre ellos, los compromisos del Presidente Zapatero en relación a las aspiraciones catalanas, no cumplidos, el recorte de la modificación del Estatuto de Autonomía presentado por el Gobierno de Maragall en el Congreso y, sobre todo, por el recurso al Tribunal Constitucional (por el Estatuto), que presentó, a bombo y platillo -y con grandes dosis de política partidista- el ex-Ministro Trillo, en nombre del PP. Es conocido que Estatutos más «nacionalistas» desde el punto de vista competencial como el de la Comunitat Valenciana no fueron recurridos por el PP -curiosamente, en este, el Gobierno del PP incluyó una cláusula para poder asumir todas las competencias que incluyeran otras Comunidades Autónomas en sus Estatutos, conocida incluso como «cláusula Camps»-. En resumen, decisiones políticas desafortunadas, cuando no exclusivamente partidistas.
Todo ello, azuzó, sin duda, el movimiento independentista en Cataluña, hasta niveles nunca conocidos, con cerca de un 50 por ciento de la población y con amplia mayoría en el Parlament a favor de la misma. Estos últimos seis años han sido muy complicados políticamente, con reivindicaciones constantes en la línea del desafío independentista que, lamentablemente, no han sido bien gestionadas desde el Gobierno central que, una vez tras otra, se ha negado a dialogar con los representantes legítimos -que lo son, se esté o no de acuerdo con ellos- de todos los catalanes. La negación de la evidencia y la inacción permanente -no es entendible esta forma de hacer política a la que estamos tan acostumbrados por parte del gobierno de Rajoy, de ver como se suceden los acontecimientos sin actuar- no resuelven problemas tan graves como este.
Y así ha sucedido. Hemos llegado, después de muchas concentraciones reivindicativas, actos y eventos de todo tipo en pos de la independencia organizadas por entidades con mucha fuerza, organización y capacidad de movilización, elecciones autonómicas y votaciones de todo tipo, al referéndum del domingo pasado, que sí se celebró, aunque, evidentemente, sin ningún tipo de garantía y validez. Pero el desafío al Estado se produjo. Los peores momentos han dado la vuelta al mundo y no hacen nada de bien a la imagen de nuestro país -que deja de ser visto como una sociedad avanzada y democrática- nos guste o no.
Ahora, que parece que la Generalitat -de nuevo de forma equivocada e irresponsable- va a volver a ponerse del lado de la ilegalidad y puede declarar unilateralmente la independencia, sigue sin haber movimientos políticos sustanciales. Solo la ciudadanía se moviliza, en un primer momento de una forma muy polarizada -respondiendo al nacionalismo con mas nacionalismo- pero en los últimos días, surgiendo cada vez mas ciudadanos que apuestan por el diálogo sin banderas («parlem»), huyendo del fanatismo y apostando por los argumentos.
Es, en realidad, a esos ciudadanos, a nosotros, a los que han abandonado sus gobernantes. En Cataluña, el Gobierno de la Generalitat -el único responsable de lo sucedido- llevándoles de manera muy irresponsable -increíblemente irresponsable- a un camino sin retorno que generará mucha frustración. Y desde el Gobierno central -único competente para resolver el problema- no aportando ni una sola solución política, dejando que la Policía Nacional, la Guardia Civil y el poder judicial, hagan lo que puedan, solos ante el peligro, en este difícil momento.
Es tiempo de políticos audaces, valientes, de posturas que busquen la concordia y que primen el acuerdo sobre cualquier otra ambición. Es momento también, de que el PSC, en Cataluña, y el PSOE, en el conjunto de España, protagonistas esenciales de estos últimos 40 años de democracia y libertad, recuperen la centralidad de la política. En torno a estos proyectos deben -y pueden- construirse mayorías que encuentren el encaje de Cataluña en España.
Las sociedades española y catalana están esperando.
* Cambio hoy las cuestiones agrarias, rurales y medioambientales, por el tema de más actualidad en nuestro país. He creído oportuno aportar mi granito de arena a este debate. De esta forma el blog afronta más temas de interés. Espero que os sea de utilidad.
Buenas consejero!!
Me podría orientar acerca de cuándo se mandarán las cartas con la resolución de los planes de mejora presentados en verano de 2016?
Un saludo
Hola, Francisco. Gracias por seguir el blog. Te contesto. Hemos decidido ampliar el crédito para que ningún plan que cumpla se quede sin ayudas. Vamos a destinar a estas ayudas, 77 millones de euros, para unos 2.300 planes. Esto ha hecho que se retrasen las resoluciones unos días, hasta primeros de diciembre.
Un saludo
Me parece muy a acertadas tus reflexiones. Hay que levantarse contra los que quieren romper la unidad de España.ánimo en tu trabajo por España. Tu seguidora Carmen Arrojo
Enviado de Samsung Mobile
Muchas gracias, Carmen, por seguir el
Blog
Hola, me gustaría tu opinión sobre mi propuesta ( disculpa mayúsculas es copiado)
INSISTO, MODIFIQUEN LA L.O.R.E.G. 5/85 PARA TENER EN CUENTA AL 30 Y TANTOS % DE ABSTENCIONES EN TODOS LOS SUFRAGIOS Y ASÍ SERÁN DE-MO-CRÁ-TI-COS; Y DESAPARECERAN LAS “MAYORÍAS FANTASMA” O “FALSAS MAYORÍAS”.
Hola, Diego. Gracias por seguir el blog. Es cierto que el sistema no tiene suficientemente en cuenta la abstención. Soy de los que piensa que un porcentaje alto de abastencion significa el hastío de la gente y el mal hacer de sus gobernantes.
Un saludo
Hola, totalmente de acuerdo contigo.
Entonces, ¿estás de acuerdo en modificar LOREG para contar la abstención?
Buenas tardes Paco,
No me gusta abrir debates de ideas en este medio.
Sorprendentemente estoy de acuerdo contigo en más temas de los que pensaba cuando empecé a leer.
Todos , todos, los gobiernos centrales han entrado en la trampa «Pujol» , que junto a los más de 30 años de «educación para el odio a España», nos ha llevado a estos resultados, de compleja solución.
Los gobiernos de alianzas «contra natura» como fue un tripartito cuyo eje principal era «los otros ni agua» , tampoco a ayudado.
Espero que vosotros sepáis y podáis controlar esa alianza.
Cataluña podrá estabilizarse en al menos una generación, siempre que se pongan los cimientos ahora.
Cuando pases por Madrid me gustaría verte, en cualquier caso estoy pendiente de ir a Toledo al registro de SAT, intentaré que me des un hueco en la agenda.
Saludos y defended los principios de nuestra Castilla la Mancha.
Gracias, Javier. Me alegro mucho de saber de ti. Espero que entre todos seamos capaces de resolver esta cuestión h convivir sin problemas. Muchas gracias por seguir el blog. Te mando un fuerte abrazo. Y cuando vengas por Toledo, avisa!
Por supuesto que estaré encantado de poder saludarte, intentaré ver con tu asistente con suficiente anticipacion la posibilidad de que me des unos minutos de tu agenda.
Saludos