El gran desafío de las cooperativas

Hablar de las cooperativas agroalimentarias es hablar de desarrollo rural, de renta de los agricultores y ganaderos, de actividad económica, de generación de empleo y de compromiso social en el medio rural. Nada más y nada menos.
Dedicamos hoy este espacio en el blog a analizar al sector cooperativo y plantear los retos a los que se va a enfrentar en los próximos años. Y lo hacemos a raíz de la jornada de celebración del 25 aniversario de la organización regional de Castilla-La Mancha (http://www.agroalimentariasclm.coop/), que se desarrolló la semana pasada en Toledo.
Un análisis detallado del sector, lo podemos encontrar en el estudio sobre las macromagnitudes del cooperativismo agrario español, que publicó el Observatorio Económico del Cooperativismo Agroalimentario Español (OSCAE) en 2012. Puede consultarse un resumen en: http://www.agro-alimentarias.coop/ficheros/doc/04006.pdf.
Traemos algunas cifras de este estudio a este artículo, que nos van a servir para analizar la situación del sector.
Hay en España 3.861 cooperativas agrarias y agroalimentarias, destacando la Comunidad Autónoma de Andalucía con el 33% del total. En total, en el año 2011, estas cooperativas facturaron 19.172 millones de euros, un 46% de la Producción Final Agraria española y el 22% del valor de las ventas netas de toda la industria agroalimentaria española.
Como ejemplo de la atomización del sector, el 26% de las cooperativas (las que facturan, de forma individual más de 5 millones de euros al año) representan el 84% del total de la facturación de todas las cooperativas agroalimentarias en España. Destaca el caso de Coren (la primera en facturación), que alcanza los 1.005 millones de euros.
El empleo generado asciende a casi 100.000 puestos de trabajo fijos y eventuales, con una tendencia al alza en los últimos años. En concreto, en 2011, los empleos del sector se incrementaron en un 4% respecto a 2010.
Por lo que respecta al número de socios, este es de 1.160.337 (datos de 2011).
Estos datos hablan por si solos de la importancia de las cooperativas agroalimentarias, pero ponen de manifiesto algunos problemas, que podríamos calificar como estructurales, como el escaso tamaño de la mayor parte de ellas (el 74% facturan menos de 5 millones de euros), la excesiva atomización (cerca de 4.000 empresas) -lo que se traduce en una oferta muy dispersa y en manos de numerosas empresas, cooperativas y no cooperativas, frente a una distribución en manos de muy pocos (los 5 grandes de la distribución suponen en España el 60% de la cuota de mercado)-, tamaño reducido para acceder a las exportaciones (sólo el 28% exportan), negociar en condiciones de igualdad con la distribución o asegurarse el cobro.
A este análisis, hay que añadir el componente social que las cooperativas juegan en el medio rural, constituyendo la principal (y única en muchos casos) empresa de los municipios rurales, y foco de actividad económica y social de las áreas rurales. Como el Presidente de Cooperativas Agroalimentarias de España afirmó en la clausura de la jornada de celebración del 25% aniversario de la federación de Castilla-La Mancha, las cooperativas son las únicas empresas que no pueden -y no quieren- deslocalizar la producción. Y eso, en los tiempos que corren, es un argumento a su favor que hay que tener siempre en cuenta cuando se habla de desarrollo rural.
La Ley de Integración Cooperativa, aprobada por unanimidad, constituye un impulso a la mejora de la capacidad comercializadora de las cooperativas, creando la figura de las Entidades Asociativas Prioritarias (EAP), orientadas a la comercialización, con el objetivo de concentrar la oferta. Esta Ley, en la que venían trabajando desde hace ya mucho tiempo las cooperativas, debería servir para reducir las empresas oferentes de alimentos a las cadenas de distribución.
A pesar de la nueva Ley, queda mucho por hacer para que la idea de la integración llegue a buen término. Es necesario «animar» a los socios y a las cooperativas a tomar la decisión de constituirse en EAP o de unirse con otras cooperativas para crear una nueva EAP. Para ello, hay que primar, a los agricultores y a las cooperativas de una EAP, en todo tipo de ayudas.
Ello requiere del compromiso de todas las Administraciones, principalmente las Comunidades Autónomas, que tienen que aprovechar los Programas de Desarrollo Rural -que deben estar suficientemente dotados, haciendo un esfuerzo en la cofinanciación nacional, para que no se pierdan fondos para el desarrollo rural- para impulsar la creación de este tipo de entidades.
Por su parte, el Ministerio debe garantizar dotación suficiente para el Programa Nacional, e incluir una línea de ayudas para fomentar las EAP de ámbito supra-autonómico, como parece que se pretende.
Y deben hacerlo -Ministerio y Comunidades Autónomas- cuanto antes, para no perder los años 2014 y 2015, como comentábamos en el post anterior en este mismo blog.
Las propias cooperativas deben concienciarse de la necesidad de agruparse para comercializar en común, ganar tamaño (de forma razonable, primando la rentabilidad; no basta crecer por crecer, si no hacerlo, buscando sinergias, sin perder nunca de vista el objetivo principal: la rentabilidad), adaptarse al mercado rápidamente y eliminar ineficiencias.
El camino debe contar con el impulso de la Administración y debe hacerse de tal forma que la cooperativas no desaparezcan de los pueblos -en este sentido la creación de agrupaciones para comercializar en común no debe suponer, a priori, la desaparición de ninguna cooperativa-. Hay que hacer las cosas de forma sencilla, animando a todos a participar, pero sin imponer criterios y sin generar conflictos en el medio rural.
Es cierto que hay cosas, como la fijación de precios entre unos cuantos grupos que representen un porcentaje alto de una determinada producción, que no pueden hacerse -la Comisión Nacional de la Competencia está siempre vigilante-, pero concentrar la oferta -democráticamente y de forma transparente- en unas pocas manos -que representan a 4.000 empresas y más de un millón de socios (o propietarios)- puede y debe conseguirse si las cooperativas se organizan.
Para finalizar, pongamos un ejemplo de lo ocurre -simplificando el análisis, no teniendo en cuenta la influencia de la distribución-, y de lo que podría suceder si las cooperativas se organizaran: en esta vendimia, como todos los años, en Castilla-La Mancha, las cooperativas han recogido alrededor de un 75% de la uva, la han transformado en mosto o en vino, y ahora tratan de venderlo, a granel y- cada vez más- embotellado, directamente a la distribución, a otros países, o a industriales de la zona o de otras zonas. Y lo acaban vendiendo, sí, pero al precio que deciden otros por ellos, y que representan alrededor del 25% de la producción.
Parece que ha llegado la hora de cambiar esta situación; ¿no?
Muy buen articulo Paco, como se observa tenemos un buen número de cooperativas y sectores muy cooperativizados, pero el problema es la falta de dimensión comercial para abastecer con garantia y continuidad a los mercados. Las cooperativas han demostrado a lo largo del tiempo que han sido quienes mas ha contribuido a mantener ciertos cultivos y fijarlos en la zona (caso de Castilla La Mancha con la vid y el olivo), han realizado un gran esfuerzo de modernización tanto en la fase productiva como de transformación, pero el problema en estos momentos para el sector agrario es el de la recuperación del valor añadido de los productos, la adaptación a los mercados, etc., y esto solamente se puede conseguir con dimensión. Creo que las EAP en la nueva Ley es una buena idea, pero sin presupuesto es dificil conseguirlo. Hay que luchar por un cambio de actitud porque de lo contrario muchas cooperativas pequeñas no van a sobrevivir y los sectores en esos pueblos lo van a pasar muy mal, y para ello son necesarias fusiones, alianzas, asociaciones, etc, contremplar en definitiva todas las posibilidades que la Ley de Cooperativas te permite.
Un abrazo
Premio Nobel de Economía para quienes sean capaces de crear E.A.P que funcionen, no digo que sea imposible, sencillamente muy complicado.
Muy buen articulo Francisco
Muchas gracias, José María por tu comentario y suerte en Bodegas Villavid. Efectivamente, es difícil conseguir integraciones de cooperativas, pero creo que no queda otra. Hay que vencer resistencias, evitar hablar de fusiones y sí de integraciones comerciales, y, desde luego, la Administración debe implicarse totalmente. Si no, será complicado.
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