Aranceles: derrota política

En la política todos los gestos importan. Es una de las afirmaciones más evidentes en una actividad esencial para canalizar las diferencias ideológicas y, allí donde existen democracias, el sentir de la población. Es también imprescindible para encauzar las relaciones internacionales. Y esto es lo que ha sucedido en la negociación, concluida con acuerdo, entre la UE y Estados Unidos, para fijar aranceles a la exportación de bienes y servicios europeos al mercado estadounidense.

Aquí hay dos análisis, el del fondo -el acuerdo propiamente dicho- y la forma, desde mi punto de vista, más relevante en este caso.

La forma tiene mucho que ver con los gestos. Y en este acuerdo ha habido algunos muy significativos. El encuentro entre Donald Trump y Ursula von der Layen se produjo en un campo de golf (¿?) propiedad del primero (¿?), en Escocia (¿?). Ni el escenario concreto, ni la propiedad ni el país en el que se llevó a cabo la reunión, parecen los más apropiados.

La presidenta de la Comisión Europea asumió ya un peaje al tener que desplazarse a Escocia -fuera de la UE- para reunirse con Trump que, lógicamente, en “su casa” ejerció de anfitrión. Y eso, en Trump, significa condicionarlo todo. La imagen de la presidenta de la Comisión Europea, en ese formato de encuentro, tan visualmente “americano” -conversación bilateral en sillones, rodeados de periodistas con micrófonos con pértigas, en la que Trump parece sentirse tan cómodo y ajeno al ridículo-, acudiendo a hablar de un problema generado por el propio Trump, es muy lamentable. Representa, de alguna forma, el escaso peso político de la UE en el contexto internacional, asumiendo un papel muy débil en la relación con Estados Unidos, sin posición negociadora fuerte y sin un ápice de crítica frente a las ocurrencias del presidente americano, alejado de las formas y los procedimientos al uso en las democracias occidentales.

Corren tiempos muy difíciles para la UE, incapaz de consolidarse en el escenario global como un actor con peso político. Es cierto que se han producido algunos avances en los últimos años, pero todavía es muy difusa la línea de separación entre el papel internacional de los Estados Miembros (EEMM) y el de la Comisión Europea, que lucha, con gran dificultad, para hacerse un hueco. Recientemente, además, el mensaje que da la Comisión Europea con la presentación de un Marco Financiero Plurianual para el período 2028-2034 nada ambicioso, contribuye a acrecentar las dudas respecto al compromiso de los EEMM y de la propia Comisión, con el proyecto europeo y su papel en el mundo.

Una vez perdida la batalla de las formas, además, en este caso, se ha perdido, también, la batalla del fondo. Es difícil encontrar algo a lo que agarrase desde la perspectiva europea en un acuerdo en el que se impone un arancel del 15% a las exportaciones europeas en el mercado americano, a cambio de un arancel “0” en las de Estados Unidos en Europa.

¿En qué se traduce todo esto?

La UE y Estados Unidos son los dos socios comerciales más importantes del mundo, representando, en 2024, el 30% del comercio mundial.

Los intercambios de bienes y servicios entre los dos socios alcanzaron los 1.680 billones de euros, de los que 867.000 millones de euros fue el valor del comercio de mercancías.

De este comercio de mercancías, las exportaciones de la UE a Estados Unidos alcanzaron un valor de 532.300 millones de euros, mientras que las importaciones de Estados Unidos procedentes de Europa fueron de 334.800 millones de euros, lo que arroja una balanza comercial extraordinariamente positiva para la UE.

Centrándonos en el sector agroalimentario, los intercambios entre la UE y Estados Unidos son muy importantes, aunque hay otros subsectores en los que la interdependencia es mayor, como los servicios o el sector automovilístico. En el agroalimentario, la UE exportó en 2024 a Estados Unidos por valor de 34.447 millones de euros, mientras que las importaciones desde este país ascendieron a 13.106 millones de euros, lo que supone una balanza comercial muy positiva para Europa, de 21.341 millones de euros, la cifra más alta de la historia de los intercambios comerciales entre la UE y Estados Unidos, con un aumento del 35% respecto a 2023.

El producto más relevante en la exportación es el vino (4.885 millones de euros en 2024), y en la importación, destacan las habas de soja (2.589 millones de euros), destinadas a la alimentación animal.

Para España, el mercado de Estados Unidos es menos importante. En 2024 exportamos a Estados Unidos en el sector agroalimentario por valor de 3.609 millones de euros, el 4,8% de todas nuestras exportaciones. Las importaciones ascendieron a 2.051 millones de euros, lo que se traduce en una balanza comercial positiva para España, de 1.558 millones de euros, un 72% más que en 2023.

Cereal, julio de 2025

Entre las exportaciones destaca el aceite de oliva (1.013 millones de euros), el 28% del total, el vino (334,8 millones de euros), y las legumbres y hortalizas en conserva (247,1 millones de euros). Un denominador común de la mayor parte de nuestras exportaciones es que se trata de productos de alto valor añadido, destacando el aceite de oliva o el queso manchego -este último con un valor de 60 millones de euros-, lo que podría enjugar, en cierta medida, el efecto negativo de los aranceles.

En cualquier caso, el acuerdo es malo para el comercio mundial, para las empresas europeas y españolas, y para los consumidores americanos, que tendrán que pagar más. Salvo para las arcas de la administración Trump, que aumentarán la recaudación, el acuerdo no parece bueno para nadie.

Pero, sin duda, quien más sale perdiendo es la UE que, por el camino de esta negociación, ha perdido parte de su dignidad y peso político, claudicando ante un Trump al que hace más fuerte, sin que éste, aparentemente haya tenido que mover un dedo.

Un contexto muy difícil, en el que la UE debe “cambiar el chip” y defender su modelo -y los valores inherentes a la democracia y cultura occidentales– en un mundo muy cambiante, en el que nuestro compromiso debe ser mayor.

Comments
One Response to “Aranceles: derrota política”
  1. Avatar de Malaquias Jimenez Malaquias Jimenez dice:

    Buen artículo Paco, sensato y coherente. Evidentemente la UE va de capa caida. El dominio neoliberal de estos últimos años está acabando con el gran esfuerzo social y de identidad europea que la socialdemocracia consiguió en los últimos años del siglo XX. !Ea!!!!!!!!!

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