¿Qué pasa con LEADER?

Cuando en 1991 se puso en marcha la, entonces, Iniciativa Comunitaria LEADER, probablemente nadie imaginaba que llegaría hasta hoy. Desde sus inicios, una vez pasada su época de proyecto piloto en forma de iniciativa comunitaria, siempre ha estado dentro de la Política Agraria Común (PAC), lo que supone una completa anomalía, al tratarse la PAC de una política sectorial destinada al sector agrario, y ser LEADER, una política territorial para la diversificación de la actividad económica en el medio rural. Este hecho, difícilmente explicable -una política de enfoque territorial insertada en otra sectorial, y un objetivo de diversificación económica, más allá de la actividad agraria, dentro de la política europea más sectorial de todas- se ha intentado salvar con su encaje en el denominado segundo pilar de la PAC, las políticas de desarrollo rural, donde se mezclan medidas estructurales de apoyo al sector agrario -incorporación de jóvenes, inversiones en explotaciones agrarias, mejora de la eficiencia del regadío, entre otras-, con ayudas vinculadas al medio ambiente -medidas agroambientales o apoyo a la producción ecológica por ejemplo-, con apoyos al sector agroalimentario -ayudas para inversiones en la industria agroalimentaria o a las figuras de calidad agroalimentaria-, con, desde 1991, la diversificación de la actividad económica en el medio rural, objetivo para el que LEADER era, y es, imprescindible.

LEADER es, en sí mismo, una metodología, por la cual, las decisiones se toman con un enfoque ascendente, de abajo a arriba. Para ello, se utiliza una herramienta muy interesante, los denominados grupos de acción local o grupos de desarrollo rural, en los que, con presencia mayoritaria del sector privado y la sociedad civil presente en el territorio de actuación de cada grupo, son los propios actores del medio rural, los que toman las decisiones sobre las estrategias y objetivos de desarrollo y las líneas de ayuda que impulsan y financian los propios grupos, para promover la diversificación de la actividad económica y el progreso de los pueblos en los entornos rurales.

Se trata de un importante cambio de paradigma, pues las decisiones -en teoría; el modelo tiene algunas previsibles imperfecciones- se toman de abajo a arriba -al contrario que en todas las demás políticas puestas en marcha por gobiernos y administraciones de todo tipo- y contando -también en teoría y con los defectos que pueden imaginarse- con los actores del territorio, los que viven en los pueblos y, en la práctica, los destinatarios de las actuaciones.

Y no ha sido fácil, claro. Los diferentes gobiernos, nacionales y regionales, en toda Europa, lo han visto en muchas ocasiones, como una amenaza para su habitual control de las decisiones, las prioridades o las políticas. Esto ha hecho que, en la práctica, sólo algo más del 5% de todos los fondos europeos para el desarrollo rural se hayan gestionado a través de los grupos de acción local[1]. Curiosamente, donde más éxito ha tenido LEADER en estos años, ha sido en España, donde se ha alcanzado alrededor de un 10% de los fondos gestionados por LEADER y se ha cubierto todo el territorio rural de nuestro país con grupos de desarrollo rural. Y, quizá el mayor éxito de todos es que, allí donde se ha aplicado la filosofía a rajatabla, con libertad para los actores y enfoque ascendente de verdad, se han generado iniciativas y proyectos que hoy dan vida a muchos de nuestros pueblos[2].

En este momento, los grupos de acción local se encuentran desarrollando las estrategias, ideando ayudas, convocándolas e impulsando proyectos en el medio rural en toda Europa, en el período 2023-2027[3].

Después de años de aplicación de la metodología se aprecia un cierto desgaste. Por un lado, una falta de compromiso por parte de gobiernos y administraciones, reticentes a perder el control de las políticas y gestión de los fondos -parte de las dificultades ya desde 1991-, pero también la dificultad para la renovación de los liderazgos en los grupos, la falta de masa crítica en la sociedad civil de muchas zonas despobladas y una cierta pérdida de ilusión, que sí estuvo muy presente en los primeros tiempos y fue clave para el éxito de la iniciativa en sus inicios.

Las recientes reflexiones de la Comisión Europea, a la espera de la presentación de los documentos estratégicos de los próximos meses, entre ellos la visión sobre el sector agrario europeo (¿se incluirá aquí alguna discusión sobre el desarrollo rural y la metodología LEADER?), la nuevas perspectivas financieras o el primer documento de la Comisión sobre la PAC 2028-2034, pueden suponer una amenaza -o una oportunidad, quien sabe- para la diversificación de la actividad económica en el medio rural y lo que los grupos de acción local representan.

Creo que, en España, el momento aconseja una reflexión a nivel nacional, con todas las Comunidades Autónomas, sobre el futuro de LEADER, para no dejar pasar las primeras fases de lo que será el presupuesto y las nuevas políticas comunitarias a partir de 2028. También les toca defender la metodología a las redes de desarrollo rural, donde se incluyen los grupos, entre las que destaca la Red Española (https://www.redr.es/es/), mayoritaria en nuestro país, y que debe ser interlocutor preferente para la definición de las políticas que le atañen.

Merece la pena. LEADER es una experiencia exitosa, disruptiva con las formas de entender y aplicar las políticas, y clave pare el medio rural. ¡Reivindiquémoslo!


[1] En todo este tiempo, ya más de tres décadas, la metodología LEADER se ha podido aplicar a otras políticas comunitarias, en un intento de extender su utilización exitosa en la política de desarrollo rural, como políticas pesqueras (financiadas con el Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca), de empleo (Fondo Social Europeo) o regionales (Fondo Europeo de Desarrollo Regional). Salvo en contadas ocasiones, las administraciones no han querido aprovechar esta posibilidad.

[2] En el siguiente artículo, “Are local action groups, under LEADER approach, a good way to support resilience in rural áreas?” (http://ruralager.org/wp-content/uploads/Ager-18_02.pdf) se analiza en detalle la metodología LEADER y el funcionamiento de los grupos de acción local

[3] Entre 2015 y 2023 tuve la oportunidad de ejercer como consejero de Agricultura de Castilla-La mancha, responsable del desarrollo rural y de la metodología LEADER, período en el que cambiamos las reglas de juego, aumentando la autonomía y la capacidad de los grupos, en línea con la filosofía LEADER. Algunas reflexiones derivadas de la ejecución del periodo 2014-2022, se reflejan en los siguientes artículos: “Rural development programmes: lessons learnt, and knowledge advancement. A case study in Castilla-La Mancha” (https://agricecon.agriculturejournals.cz/artkey/age-202210-0004_rural-development-programmes-lessons-learnt-and-knowledge-advancement-a-case-study-in-castilla-la-mancha-sp.php) y “Economic situations, expansión-crisis, and the effect of rural development policies: the case of Castilla-La Mancha, Spain” (https://journals.brandonu.ca/jrcd/article/view/2392); y fueron de utilidad para la planificación del período 2023-2027.

Comments
3 Responses to “¿Qué pasa con LEADER?”
  1. Avatar de joseluis joseluis dice:

    Me parece un acierto, querido Paco, señalar lo anómalo que es financiar Leader con la PAC. No siempre fue así. Al principio era FEOGA el que financiaba el desarrollo rural o territorial. Eso no existe ahora. Después de 30 años y 4 o 5 piruetas de los fondos, la UE ha terminado agrarizando el medio rural y desentendiéndose del territorio y sus gentes. De hecho, la comisaría UE de agricultura y desarrollo rural, desde este año se llamará de agricultura y alimentación.

    Lo que toca es asumir que agricultura no es despoblacion y que la despoblación rural es un problema de España no de Europa.

    Leader se puede financiar con fondos europeos, pero no Feader y con fondos nacionales, pero no de agricultura y volver a ser lo que fue

  2. Sin duda es un momento clave, después de todo este tiempo buena parte de los equipos humanos de los grupos LEADER se están jubilando, otros con menos recorrido se han convertido en gestores de documentación. El enfoque inicial de LEADER era constituir Grupos de Acción Local o Grupos de Desarrollo Rural (GDR) que fuesen células de dinamización social y económica. Animar, acompañar e incluso invertir en proyectos transformadores de los territorios.

    Desde mi experiencia, y recientemente después de colaborar en la elaboración de varias EDLP (Estrategias de Desarrollo Local Participativo), veo que cada vez es más complejo y más costoso movilizar la participación, y por otra parte los GDR están circunscritos a un marco legal demasiado poco flexible y no pueden dar respuesta a las propuestas que salen de los territorios.

    En fin toca repensar, y quizás recuperar el espíritu inicial del enfoque LEADER, te animo a seguir proponiendo y a participar en este grupo. https://www.linkedin.com/groups/3943516/

  3. Avatar de Carlos Carlos dice:

    Muchas gracias por su artículo. Me ha gustado mucho como resume que es la iniciativa o el enfoque LEADER, pero sobre todo los problemas y los retos futuros

    Un cordial saludo

    Carlos

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