El vino: la copa medio llena o medio vacia

Dedicamos hoy esta entrada del blog a analizar la situación de un sector específico como es el del vino, al que seguimos de cerca desde hace tiempo.
En este momento, podemos decir que toca hablar del vino.
Por muchos motivos. Uno de ellos, la producción de la vendimia 2013 -que después de varios adelantos provisionales, ya parece definitiva; ¡por fin!….en el mes de abril…, lo que constituye una anomalía difícil de explicar cuando han pasado seis meses desde que finalizara la vendimia y más de cuatro desde que las bodegas y viticultores hayan hecho sus declaraciones de producción y de cosecha- que, según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura hace quince días, ha alcanzado en España los 52,46 millones de hectólitros, un 53% más que la campaña precedente -en la que se alcanzaron los 34,2 millones de hectólitros, una cifra, inusualmente baja-. El volumen total supone un récord histórico absoluto, que se desglosa en 44,73 millones de hectólitros de vino y 7,73 millones de hectólitros de mosto. La magnitud del dato se puede apreciar en el siguiente gráfico, en el que se refleja la evolución en la producción de vino y mosto en España en los últimos años.
Un hecho también significativo es que España, el país con más superficie -a pesar de la superficie arrancada en los últimos años, todavía por encima de 1 millón de hectáreas de potencial productivo-, retoma el liderazgo mundial en cuanto a producción, tras años por detrás de Francia, e incluso de Italia, como puede apreciarse en el siguiente gráfico.
Las excepcionales condiciones climatológicas en toda España, unidas a la entrada en producción de una parte importante del viñedo reestructurado en los últimos años y la incorporación de cada vez más superficie al regadío, han hecho de la vendimia de 2013, la mayor de la historia pero, probablemente, inferior a las que puedan conseguirse en campañas próximas en las que el tiempo acompañe. Esta afirmación se sustenta, básicamente, en la entrada en producción de más hectáreas reestructuradas en los próximos años (con variedades muy productivas y con riego de apoyo en la mayor parte de los casos) y en los fondos destinados a la nueva reestructuración en el programa de apoyo del vino, y que servirá para modernizar más viñedo, de aquí al 2020.
Lo que a primera vista pudiera parecer sólo positivo (España, el principal país productor de vino y mosto en el mundo y con cosechas más estables en el futuro), no lo será si el sector no piensa sobre la necesidad imperiosa de organizarse.
Es cierto que las exportaciones aumentan en los últimos años, y ya se ha superado la barrera «psicológica» de los 20 millones de hectólitros, pero también es cierto que el consumo interior lleva años a la baja (9,3 millones de hectólitros en la campaña 2012-2013, que parece ya una cifra «suelo»).
La disminución, además, de las cantidades enviadas a la destilación (de 7,3 millones de hectólitros en 2008/2009 a 3,8 millones de hectólitros en 2012/2013) no ayuda precisamente a mejorar la situación. En este caso, la disminución producida en los años citados, debido al cambio de la normativa comunitaria (la destilación ya no tiene ayudas) y, más recientemente, al aumento del precio de la materia prima, tiene visos de ser todavía mayor en las próximas campañas, impulsada por un sector del brandy -y otras bebidas como el Oporto- que «empuja» para que las bebidas que hasta ahora sólo podían utilizar el vino como materia prima, puedan elaborarse, no sólo con subproductos, si no, incluso, con melazas.
El volumen destinado a mosto, por otra parte, tampoco es estable en los últimos años, con cifras que oscilan en las últimas seis campañas entre los 3,77 millones de hectólitros de la campaña 2009/2010 y los 7,73 de la actual, en lo que influyen decisiones en campaña (necesidad de hacer más o menos mosto en función de la capacidad de envase en vendimia), o la competencia con otras materias primas alternativas en los mercados mundiales.
Todos los datos que hemos puesto encima de la mesa y el análisis somero realizado, nos conducen a pensar que el sector debe hacer una profunda reflexión que debe conducir a la creación de una potente interprofesional, en la que estén representados, no sólo los elaboradores de vino (asociaciones de bodegas particulares y cooperativas), sino tambien viticultores (Organizaciones profesionales agrarias), destiladores y elaboradores y comercializaciones de mosto -incluso, puede, y debería, participar la distribución-.
La OCM Única recién aprobada establece los objetivos que pueden perseguir las interprofesionales. Entre ellos, encontramos la posibilidad de «sacar a la venta productos que estén adaptados a las necesidades del mercado y los gustos y las expectativas de los consumidores», la divulgación, la transparencia, la promoción, la elaboración de contratos tipos, por poner sólo algunos ejemplos.
Tampoco podemos olvidar la necesaria integración de las cooperativas -ahora tan en boga- y la planificación de la comercialización de forma conjunta.
Puede parecer poco, pero es algo muy interesante para empezar a trabajar. Evidentemente, esto no va a resolver todos los problemas del sector, y menos de golpe -como parece exigir la situación de elevada producción de esta campaña-, pero ese es otro cantar….
Para esta campaña, la cuenta es sencilla. Si a la producción le restamos las exportaciones, el consumo, el mosto y las destilaciones -suponiendo que se mantienen respecto a 2012/2013-, y le sumamos las existencias con las que se inició la campaña (29,25 millones de hectólitros), previsiblemente, el volumen de vino con el que se inicie la próxima campaña será superior a las citadas existencias en septiembre de 2013.
No hay que olvidar, en este sentido, las posibilidades, aunque pequeñas, que nos ofrece la OCM Única, entre ellas, la destilación (a decisión del Estado Miembro y que, en el caso de España, podría dotarse esta campaña con cerca de 53 millones de euros) y, a más largo plazo, la vendimia en verde. Temas conflictivos, sí, y de difícil posicionamiento (con sus pros y sus contras), pero sobre los que hay que reflexionar cuanto antes, para garantizar el futuro más cercano y la sostenibilidad del sector a más largo plazo.
Independientemente de que veamos la copa medio llena o medio vacía como decíamos al principio, lo que está claro es que no hay tiempo que perder….
¡Interesantístimo post!
Y curioso que hayan usado las imágenes de nuestra oficina de turismo, SECAVER, como ejemplo.
Nuestra Fiesta del Verdejo, que en 2015 cumple su octava edición, es el máximo exponente de nuestra cultura vitivinícola.
Saludos desde La Seca, cuna del verdejo 😉
Muchas gracias por tu comentario. Me alegro que os guste. Como veis, hablamos sobre vino en el blog. Espero que lo sigáis en el futuro. La foto que mencionas está hecha en la fiesta del verdejo el año pasado. Fue un placer poder ir por La Seca y disfrutar del magnífico ambiente de la fiesta.