La política de desarrollo rural en la encrucijada

Nos acercamos ya al final del 2012, un año marcado por el agravamiento de la crisis económica y los recortes en los servicios esenciales. Y el medio rural, como ya se comentaba hace unos días en este mismo blog, no es ajeno a todo ello.
Hoy, más que nunca, se requiere una política de desarrollo rural, fuerte, de trazo europeo, y de detalle, pero sólo de detalle, a nivel de Estados Miembros.
Y en ese contexto, la política de desarrollo rural, en el marco de la PAC, debe cobrar cada vez más protagonismo. Lamentablemente, la situación actual y las perspectivas no son nada halagüeñas.
En el período de programación 2007-2013, España ha contado con algo más de 7.200 millones de euros de fondos comunitarios para cofinanciar todo tipo de medidas de desarrollo rural (de carácter agrario, como, por ejemplo, incentivos a la incorporación de jóvenes agricultores; agroalimentario, destinadas a las industrias; o para otras actividades distintas de la agricultura y la industria agroalimentaria que se desarrollan en el medio rural). La previsión de cofinaciación de los fondos comunitarios con fondos de la Administración General del Estado (AGE) y las Comunidades Autónomas (CCAA) que se hizo para el período 2007-2013, elevó los fondos para políticas rurales en el marco de la PAC en España, a unos 15.000 millones de euros, aproximadamente.
Pues bien, en este momento, debido a la crisis, rápidamente, la mayor parte de las administraciones han aplicado la tijera, reduciendo los porcentajes de cofinanciación comunitarios al mínimo que permite la normativa, destinando al desarrollo rural (con el mismo dinero de Bruselas), menos fondos en total.
Y no sólo eso, ahora resulta que ni siquiera se va a pode aportar la cofinanciación nacional ya reducida y que, por lo tanto, se van a perder fondos comunitarios para el desarrollo rural. Según la información de hoy de Agrodigital, están en riesgo más de 150 millones de euros a finales de este año. Y parece que esto es sólo el principio.
En las políticas agrarias, y más en situaciones de escasez de fondos, es necesario priorizar, y, parece recomendable hacerlo, teniendo en cuenta que en el desarrollo rural, las contribuciones nacionales, tienen una contrapartida en forma de fondos comunitarios (cofinanciación). Es decir, 1 euro de fondos nacionales (de la AGE y las CCAA) «consigue», de media, otro euro más de fondos europeos, produciéndose un efecto multiplicador que no se consigue con medidas o iniciativas sustentadas únicamente con fondos nacionales.
Según declaraciones del Comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, la semana pasada en la jornada de conmemoración de los 50 años de la PAC, probablemente el nuevo marco financiero para el período 2014-2020 se adoptará en febrero, y, en ese caso, la nueva PAC podría aprobarse en junio. Estamos pues, cerca de las dos decisiones clave para el futuro del medio rural en los próximos años.
Y para la negociación; ¿Cómo vamos a reclamar más fondos para el desarrollo rural si luego no podemos cofinanciarlos? Hagamos un esfuerzo para que el medio rural español no pierda ni un céntimo de los más de 7.200 millones de euros que se le asignaron para el periodo 2007-2013.