Apuntes sobre el desarrollo rural y el Marco Financiero

Pasado ya un tiempo desde la aprobación del Marco Financiero Plurianual, y dejando a un lado la confusión que han provocado las erróneas comparaciones entre euros constantes y euros corrientes de algunos análisis (Para aclarar el confuso panorama, es interesante recordar la entrada en este mismo blog de hace unas semanas: ruralsiglo21.wordpress.com/2013/02/11/por-fin-el-marco-financiero/ ), conviene detenerse, brevemente, en un primer análisis de las cuentas de la política de desarrollo rural.
Las conclusiones del Consejo Europeo del 7 y 8 de febrero pasados, sobre el Marco Financiero Plurianual 2013-2020, que tiene que negociarse todavía entre el Consejo y el Parlamento, votarse en el Parlamento, y plasmarse en un Reglamento conjunto de ambas instituciones, previsiblemente para junio o julio de este año (y esto significa dos cosas: el documento no es, ni mucho menos, definitivo, y, en segundo lugar, el proceso va para largo); asignan al denominado segundo pilar de la PAC, 84.936 millones de euros a precios constantes de 2011, un 13,4% menos que los fondos asignados a este pilar en el período 2007-2013 (todo a precios de 2011).
Pero; ¿Cuales son las cuestiones claves?
En primer lugar, el criterio de reparto se establece en «criterios objetivos y en los resultados del pasado», con las excepciones (de difícil justificación desde la perspectiva de una política común) de las asignaciones extraordinarias de fondos (representan en total 5.556 millones de euros, un 6,5% del total de los fondos asignados al segundo pilar) para 16 Estados Miembros, España entre ellos (con 500 millones extra, como Portugal, pero la mitad que Francia y un tercio de la asignación extra para Italia).
Por otra parte, cambian los los porcentajes de cofinanciación máximos del FEADER que serán: 75% para las regiones cuyo PIB per cápita sea inferior o haya sido inferior al 75% de la media comunitaria UE 25 en 2007-2013 (y superior en este segundo caso al de la UE 27), 63% para las regiones en transición distintas de las anteriores (12% menos para estas regiones que en el período 2007-2013), y 53% en las regiones restantes (3% más que ahora). Además, para medidas medioambientales, el porcentaje máximo se fija en el 75% en todas las regiones.
Finalmente, la mayor novedad la constituye la posibilidad de trasvasar (a nivel, y decisión, de Estado Miembro) hasta un 15% de la asignación total de fondos de un pilar, al otro. Este movimiento podrá incrementarse hasta el 25%, sólo desde el segundo al primer pilar, para Estados Miembros con pagos directos por hectárea inferiores al 90% de la media comunitaria (España entre ellos). En el caso de que el trasvase se produzca del primer al segundo pilar, los nuevos fondos FEADER no requerirán cofinanciación. Cuando el trasvase sea al primer pilar, los nuevo fondos FEAGA, seguirán la norma del primer pilar y, por lo tanto, no serán cofinanciados.
Y entonces; ¿Qué se puede esperar para España?
Pues, según cifras del Ministerio, y siguiendo la supuesta clave de reparto, una asignación a precios de 2011, de 7.367 millones de euros para todo el período 2013-2020. Esto significa una reducción del 8,5% respecto al período 2007-2013, siempre a precios de 2011.
Pero el principal problema que tendrá España, y que está ya aflorando en los medios de comunicación, es cómo se va cofinanciar todo esto en esta época de crisis, pues es necesario, manteniendo el actual porcentaje de cofinanciación de la Administración General del Estado -apróximadamente un 35% de los fondos nacionales-, septuplicar el presupuesto actual para este menester. Y si esto es grave en el Ministerio de Agricultura, imaginemos en las Comunidades Autónomas.
Todo esto puede llevarnos a que, antes de llegar a España, el dinero para el FEADER llegue ya recortado en un 25% (Seguro que ya lo habían pensado…). La tentación es grande.
Esperemos que, por el bien del desarrollo rural, los gobiernos central y autonómicos estén dispuestos a priorizar la política de desarrollo rural en sus presupuestos, descarten el trasvase y apuesten por destinar los exiguos recursos de las Administraciones agrarias, a medidas que, además de favorecer directamente el desarrollo de nuestras áreas rurales, multiplican el efecto de los fondos comunitarios, no desperdiciando ni uno sólo de los céntimos que, finalmente, se asignen a España.
Veremos….
Muy buena reflexión. Es fundamental priorizar las políticas de apoyo al desarrollo rural si queremos dotar de mayor competitividad a los sectores agrarios y, por ende minimizar las desigualdades históricas que padecen los núcleos de población en los que desarrollan su actividad. Veremos qué pasa con la cofinanciación…
Tamara, muchas gracias por tu participación. Efectivamente, los fondos de desarrollo rural deben servir para romper las desigualdades, principalmente entre el mundo rural y el urbano. Hoy, especialmente, conviene recordar el esfuerzo que, como sociedad, tenemos todavía pendiente para que la igualdad entre mujeres y hombres sea verdaderamente efectiva. Aprovecho para felicitar, en el día de la mujer trabajadora, a todas las mujeres rurales que con su esfuerzo diario, contribuyen al desarrollo de nuestras zonas rurales.